Jueves en El Portil

sábado, 30 de agosto de 2008

 

Hola gente, nuevamente son las 3 y media de la madrugada y yo aquí actualizando después de llegar de la calle, esperando alguna sorpresa que nunca llega.
Pero… qué más sorpresa que lo que me pasa últimamente cada día…

…todo comenzó una mañana de verano… amos ayer mismo, me sonó el despertador y yo en planta, le estuve echando una mano a mis abuelos a quitar las cortinas, para empezar a hacer limpieza en la casa de Punta antes de irnos de nuevo para Huelva… Después tiré dirección El Portil a casa de mi jefe a recoger las cintas para currar este finde y a arreglarle un televisor… ya que estaba… (pa la próxima vez que cobre, espero que se estire un pokito más…xDDDD)

Después almuerzo en casa de mi tía allí, y a eso de las 5 nos bajamos a la urbanización de unos amigos a jugar un Risk, que por cierto, vaya diíta malo de estratega, las dos partidas que echamos terminé perdiendo… Pero además por una curra de loko. Al final terminamos en la playa jugando a las cartas, después de visto el mal día que tenia, preferí no jugar y dejar a los PRO’s de la materia que se divirtieran…

Nos subimos y nos fuimos a cenar y a comer un helado, que por cierto, estaban trabajando en la heladería Jorge y Carlos, unos amigos de la infancia y una coleguita mu wapilla que se quedó to pillá cuando le dije que me echase la tarrina del sabor que más le gustase… xDDD (es que como siempre me pido el mismo, pues así voy probando cosas nuevas…)
Nos fuimos de nuevo a la playa, ya de noche y estuvimos de risas tol tiempo, a veces contaban cosas de gente conocida suya y yo me remitía a escuchar y pensar, incluso a escuchar mis pensamientos cuando el “autobús a punta” nos lo permitía… Después de casi tres cuartos de hora allí, con mi primo Jesús, Guille, José, Rafa y su mujé (espero no dejarme a nadie…) escuchando pensar, y tirado en la arena mirando al cielo, veo una estrella fugaz, en ese momento miles de otros pensamientos se me vienen a la cabeza y recuerdo aquello que las madres siempre dicen, “pide un deseo…”, había tantas cosas que pedir, empecé a analizar en décimas de segundo la prioridad y allí estaba yo, tan confuso pero tan contento de haber visto una estrella fugar y haber recordado años pasados en el que fue nuestro chalet en El Rompido. Casi dos segundo después conseguí ordenar mi cabeza y llevar a cabo aquello que me pertenecía como “derecho adquirido”, conseguí pedir un deseo, espero que no fuese ya muy tarde…

Luego de vuelta a Huelva y a dormir como se pudo en esta casa de lokos en la que sigue estando todo patas arriba.

Un Saludo,
hasta pronto,
McTavish.

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